LA ÉTICA DENTRO DEL ÁMBITO DE LA DISCAPACIDAD

¿LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD SON PARTE DE NUESTRA SOCIEDAD?

Muchos actores de la sociedad piensan que sí, pero en realidad las personas con discapacidad «son sociedad», «conforman la sociedad en que vivimos».

La sociedad les crea un espacio diferente, y no me refiero al físico, sino mentalmente. La dimensión ética de la discapacidad arranca del moderno pensamiento de la justicia, reivindicación de la igualdad. Es más lo que nos une de lo que nos diferencia. Por tanto podría decir que no es la persona con discapacidad la que no se adapta a la sociedad, sino es la sociedad misma la que no se adapta a acoger en igualdad a todos sus miembros.

No quiere decir esto que la igualdad deba olvidar las diferencias fácticas, al contrario, debe tenerlas muy presentes y poner los medios necesarios para que se haga real esa igualdad, es de justicia que la sociedad se organice de tal modo que todas las personas puedan acceder a unas condiciones dignas de existencia desde las que podamos desarrollarnos como personas autónomas. Una discriminación positiva podría solucionar este desequilibrio, la sociedad debe prestar una atención específica a las personas más desfavorecidas y así igualar esas circunstancias que las diferencia.

¿POR QUÉ SE LES NEGABA SU CONDICIÓN DE SUJETOS DE DIGNIDAD A LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD ANTIGUAMENTE?

Hasta los años sesenta del siglo pasado se consideraba a las personas con alguna discapacidad como medios, cuando se las veía explotables, mano de obra barata, o se las reprimía, excluía, llegando incluso a destruirlas cuando se las consideraba como una carga o incluso como una amenaza. Durante muchísimo tiempo se las trató como animales salvajes peligrosos, especialmente a las personas con discapacidad intelectual. En las últimas cinco décadas se ha conseguido que sean tratadas como personas, promoviendo la normalización y la integración.

Las personas con discapacidad como cualquier otra persona son sujetos de dignidad, valiosos por sí mismos, que deben ser respetadas sea cual sea su condición que presenten. Los seres humanos construimos nuestra identidad no sólo por la comprensión de nosotros mismos,  la construimos también a través del reconocimiento que recibimos de los demás y que tendemos a interiorizar, sobre todo en circunstancias de inferioridad. Cuando somos mal reconocidos como personas, tendemos a pensar que es así y que no somos valorados por la sociedad, lo que nos ocasiona no realizarnos adecuadamente como personas.

Concluir diciendo que la dignidad es la base de los derechos y deberes morales fundamentales de nuestra interrelación. Toda persona con algún tipo de discapacidad tiene derecho a crear su identidad como persona reconocida y respetada y portadora de muchísimos valores que son dignos de admiración.

 

Creado por Cristina Valdepeñas

Fuente:

http://www.down21.org/web_n/index.php?option=com_content&view=category&id=878:etica-&Itemid=2309&layout=default

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